La geología, como ciencia, realiza a diario aportes sustanciales a la evolución que ha tenido el planeta en el cual habitamos. Los conocimientos, a partir del estudio de los distintos minerales y rocas, nos lleva a conocer a las rocas metamórficas. Este tipo de rocas ocupan un lugar destacado en la morfología de la tierra y nos aporta datos vitales sobre cómo se fueron conformando las distintas partes del planeta. Con esto, ofrecemos un panorama general acerca de qué son las rocas metamórficas, para luego adentrarnos en el estudio particular de cada uno de los tipos que constituyen esta clasificación.
¿Qué son las rocas metamórficas y cómo se forman?
Partiendo de la denominación que recibe este tipo de rocas, rápidamente podemos concluir que su nombre deriva de 2 palabras de origen griego. “Meta”, que significa cambio o transformación y “morphe”, que hace referencia la forma. Por lo tanto, al hablar de rocas metamórficas, nos estamos refiriendo a todo tipo de rocas que son producto de la transformación de otras rocas precedentes. Generalmente, estas rocas preexistentes se encontraban en el interior de la tierra.
Ahora que sabemos que las rocas metamórficas son rocas modificadas, es importante establecer que los principales factores que producen este tipo de transformación son: el calor, la presión, los fluidos químicamente activos. A estos procesos de transformación los conoce como metamorfosis.
Las rocas ígneas, las sedimentarias e, inclusive, otras rocas metamórficas se encuentran en el interior de la tierra y están sometidas a fuertes presiones y altas temperaturas. Las rocas comienzan su proceso de metamorfosis cuando reciben una presión que va desde los 1.000 hasta los 16.000 bar. En el caso de las temperaturas, éstas provocan procesos metamórficos entre los 200 y los 1.000 °C3.
La acción de los fluidos provoca cambios en la composición de las rocas, y las rocas metamórficas resultantes de los procesos de transformación dependerán de la composición, la textura de la roca original y el tiempo que estuvo sometida a esos factores.
Los resultados de los procesos metamórficos
Los procesos que dan lugar al surgimiento de rocas metamórficas provocan una importante cantidad de cambios en las rocas originarias. Entre los cambios más destacados que pueden producirse, podemos mencionar: aumento en la densidad de la roca, desarrollo de los cristales grandes. Los minerales pueden transformarse en minerales de baja temperatura, pasando a ser de altas temperaturas.
Es debido a esto que existe una gran variedad de formas para clasificar a las rocas metamórficas. Algunos criterios de clasificación están basados en la textura que adquieren las rocas metamórficas. Como resultado de los amplios modos de clasificar, se ha desarrollado un método sencillo. Este método parte de considerar el tipo de metamorfismo que sufrió la roca original y luego dividirlas en 2 grandes grupos, de acuerdo con su textura.
El primero de esos grandes grupos de rocas metamórficas se denomina de textura foliada. Cuando se habla de foliación de una roca se está haciendo referencia a como la acción metamórfica resulta en una textura de bandas o láminas.
Son las condiciones extremas las que provocan este tipo de foliación, donde la presión da lugar una realineación y recristalización de los granos minerales. Así, se provoca un crecimiento de los cristales, que se vuelven más grandes. Algunos tipos de rocas metamórficas de textura foliada presentan grandes cristales visibles, que se agrupan en bandas. Otros, sufren un proceso de recristalización en forma perpendicular y se acomodan en bandas. Como ejemplo de este tipo de rocas, popemos mencionar la pizarra, el esquisto, las micas y el gneis.
El otro grupo, conformado por rocas metamórficas de textura no foliada, está conformado por rocas cuya composición es de un solo mineral. Los cristales de estas formaciones poseen una forma equidimensional y, en algunas ocasiones, presentan foliaciones, pero éstas son imperceptibles a la vista. Los ejemplos más destacados de rocas de textura no foliada son el mármol, la cuarcita y la cancagua.
¿Qué tipos de metamorfismos existen?
Vamos a mencionar los tipos de metamorfismos más destacados:
Metamorfismo regional: está vinculado a grandes regiones de rocas metamórficas, donde se destacan las grandes cadenas montañosas y los escudos antiguos. Este tipo de metamorfismo es el resultado de un aumento de la temperatura y de la profundidad, provocando presiones elevadas.
Metamorfismo hidrotermal: este tipo de cambios en la morfología de las rocas tienen como característica un cambio en la composición química de la roca debido a la circulación de líquidos. Un ejemplo claro de este tipo de metamorfismo es el que se produce en el fondo del océano.
Metamorfismo de contacto: refiere a un tipo de metamorfismo donde se produce un aumento de la temperatura en aquellas rocas que se encuentran en contacto inmediato con intrusiones ígneas o bajo las coladas de lava. La característica principal de estas rocas metamórficas es una cristalización desordenada.
Metamorfismo de impacto: aquí, las rocas metamórficas son producto de altas temperaturas y elevada presión como consecuencia del impacto de un meteorito. Estas rocas aparecen, normalmente, en los alrededores del cráter donde se produjo el impacto. Es un fenómeno frecuente en la superficie lunar.
Metamorfismo dinámico: las rocas metamórficas de este tipo de cambios aparecen en las zonas orogénicas y en los bordes de las placas tectónicas.
Existen clasificaciones más detalladas de las rocas metamórficas que se encuentran abordadas en cada uno de los estudios geológicos de este tipo de formaciones.
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