Agentes endógenos y exógenos intervienen en la dinámica de la tierra, alteran la estructura de la corteza terrestre. Los internos construyen, los externos destruyen o modelan el relieve. De la acción de éstos depende el desarrollo de los procesos geológicos endógenos y exógenos.
Los procesos geológicos exógenos actúan sobre la capa más superficial de la corteza procurando una superficie homogénea, pocas veces lograda. Modifican la forma del relieve los procesos de meteorización, erosión, transporte y sedimentación.
Meteorización
Agentes atmosféricos ejercen fuerzas físicas y químicas que rompen o descomponen las rocas de la superficie. La meteorización también se produce por la actuación de agentes biológicos. De cualquier forma, genera cambios irreversibles en la corteza terrestre, al convertir en fragmentos rocas y minerales.
La meteorización disminuye el tamaño y la densidad de las partículas. En algunos casos puede alterar la composición química de las rocas. Agentes externos como el agua -sólida y de lluvia-, el viento, cambios bruscos de temperatura y la acción del hombre, intervienen en el proceso. La desintegración de las rocas se da mediante procesos físicos, químicos y biológicos.
Meteorización física
Rocas y minerales se separan en fragmentos de menor tamaño, sin alterar su composición química. La meteorización física o mecánica responde a cambios violentos y frecuentes de temperatura. Se produce por:
- Termoclastia: Frío y calor alternados día tras día generan temperaturas diferentes en una misma roca, dilatación y contracción que termina rompiéndola.
- Descompresión: La expansión de las rocas que se han formado en las profundidades induce el agrietamiento y la aparición de losas horizontales.
- Gelifracción: Presión ejercida por el hielo y deshielo en el interior de la roca. Ocurre generalmente en climas húmedos y de montaña.
- Haloclastia: Presión ejercida por el depósito y recristalización de la sal en los poros o fisuras de la roca. La sal arrastrada por las aguas de lluvia se evapora en el suelo y aumenta el volumen de las rocas, acaba fragmentándolas.
Meteorización química
Procesos de oxidación, disolución, hidratación, carbonatación, laterización y bioquímica alteran la composición química de las rocas. Restan cohesión a los elementos que las componen y los transforman. La mezcla de la anhidrita con agua produce yeso, que solo es posible tras la hidratación. La descomposición de materiales biológicos generan ácidos orgánicos o bioquímicos que actúan sobre la corteza. En la meteorización química intervienen en mayor medida agentes atmosféricos.
Meteorización biológica
Animales, plantas y hombres generan la disgregación y o alteración del relieve. Ciertos animales excavan en el suelo para refugiarse temporal o definitivamente. Algunos como los castores no se conforman con las cabañas o madrigueras, levantan diques para protegerlas del curso del agua. Ejercen fuerzas mecánicas.
Por otro lado la irrupción de las raíces de las plantas en el suelo y la descomposición orgánica juegan un papel importante e, la meteorización. Además la vegetación aporta ácidos de disolución al agua. Aún así se dice que la meteorización biológica segunda a otros procesos. Ocurre cuando ya la roca está fracturada y puede ser “rellenada” con raíces o afectada por los animales.
La deforestación, la pesca, la agricultura y otras acciones del hombre sobre el planeta son consideradas parte del proceso de meteorización.
Erosión
A diferencia de la meteorización, la erosión corroe o desgasta la roca. Parte de la acción del viento y el agua, ésta última en sus estados sólidos (glaciares) y líquidos (aguas fluviales y pluviales). En superficies suaves produce depresiones y en rocas compactas ejerce más bien un efecto de pulido.
Las partículas resultantes se acumulan en forma de sedimento o bien son transportadas por el viento a grandes distancias. La erosión ataca el relieve y da lugar a nuevas formas de éste: Mesas, valles, cavernas, saltos de agua y cañones o desfiladeros profundos.
La erosión puede producirse por la fuerza de desgaste y transporte de las aguas de ríos y torrentes. También por efecto de ablación, cuando los glaciares se descongelan por las altas temperaturas. O por la acción química del agua, a ésta se llama erosión por corrosión. Con la participación del agente exógeno: viento, la erosión se produce por corrosión, disgregación, reflexión y abrasión.
Transporte
El proceso geológico exógeno de transporte permite el traslado de las rocas y minerales resultantes de la meteorización y/o erosión. Las partículas levantadas por el viento y los fragmentos y sales disueltas en el agua de lluvia o glaciares forman nuevos suelos. Con los sedimentos rellena relieves deprimidos, mientras que los fragmentos más grandes permanecen difíciles de mover.
El transporte también puede producirse por solifluxión, a través de las coladas de barro. Las aguas de lluvia caen por pendientes y absorben minerales de grano fino, cenizas y arcillas formando una especie de masa semi sólida. Ésta erosiona y a la vez transporta.
Sedimentación
El depósito de los materiales transportados es también parte de la dinámica externa, el resultado de los procesos de meteorización, erosión y transporte. Ocurre en el lugar en el que el medio de transporte pierde la energía para continuar suspendiendo o arrastrando los fragmentos.
El proceso de sedimentación puede darse de forma gradual -discriminando tamaño y peso- o repentina, reuniendo todos los fragmentos por igual. Los sedimentos adquieren características propias del medio donde han sido dispuestos. En algunos casos sufren procesos de compactación y cementación, de acuerdo al medio.
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