El ónix es una variedad estratificada de calcedonia, al igual que el ágata. Se diferencian por la forma de las bandas, ya que las del ónix son paralelas y las del ágata curvas. Su nomenclatura química es SiO2 (dióxido de silicio). Algunas variedades son consideradas “piedras semipreciosas”. Las más vistosas son las que poseen bandas de colores contrastados. Las que se presentan en blanco y negro, por ejemplo, son muy usadas en camafeos (relieve obtenido en piedra preciosa). Y en la antigüedad los romanos las usaban para decorar diferentes objetos de ornamento.
Características del ónix
Onyx es una palabra que proviene del griego ὄνυξ, que se traduce como “garra” o “uña”. Y es que que en su tonalidad más clara tiende a parecerse a una de esas placas córneas.
Esta piedra generalmente es de color blanco y negro, aunque hay variedades amarillas, verdes y rojas, con una franja blanca. Es de lustre ceroso, con transparencia opaca a translúcida. El sistema de cristalización es trigonal (variante del hexagonal).
Su dureza es 6,5 a 7 en la escala de Mohs. Se fractura de forma concoidal (no se quiebra de forma homogénea). Es un mineral muy tenaz y resistente. Su densidad es de 2.6 – 2.65 g / cm3.
Yacimientos
La piedra ónix se genera en las rocas magmáticas, debido a la aglomeración de gases o vapor volcánico. Actualmente el mayor productor de ónix en el mundo es México (Durango), aunque también hay gran explotación en Yemen, Uruguay, Argentina, Brasil, India, Madagascar, Pakistán y en algunas zonas de Estados Unidos (USA).
Se le suele confundir con otros materiales que presentan bandas, como es el caso de algunas calcitas extraídas en sistemas de cuevas de México y Pakistán. Estas son talladas como adornos o piezas de ajedrez, y son vendidas como si fuesen hechas de ónix. Incluso, se les han mal llamado como “Ónix Mexicano” y “Ónix de mármol.
La implementación mundial de estos nombres ha generado que al término “ónix” se le use de forma incorrecta para identificar a una serie de materiales que, por el simple hecho de poseer bandas, ya son considerados como tal.
El Ónix en la historia
Esta piedra semipreciosa ha estado en la civilización humana desde la antigüedad. Desde siempre se ha usado para la talla y la joyería, para lo cual se suele cortar en forma de cabujón (piedra pulida redonda) o cuentas. Como se dijo antes, también se usa en el tallado de camafeo, gracias a los hermosos contrastes que exhibe.
Se dice que en la época de la segunda dinastía de Egipto, se implementaba en la fabricación de cuencos y otras piezas de cerámica.
Gracias a unas piezas arqueológicas recuperadas en Knossos, en la Civilización Minoica, se pudo conocer de la existencia del arte del Sardonyx. Esta técnica consistía en alternar el ónix con calcedonia amarilla o blanca.
También era una piedra muy implementada por las viejas civilizaciones griegas y romanas para dar forma a muchas de sus piezas de utilidad y ornamento. El naturalista y científico romano Plinio el viejo, describió dos tipos de ónix en su obra Naturalis historia, algo que indudablemente influyó en su popularidad.
Por su parte, el arquitecto alemán Mies Van Der Rohe, utilizó ónix extraído de la cordillera Atlas, para la construcción de una hermosa pared semitranslúcida en su obra más conocida “La Villa Tugendhat”.
Supersticiones sobre el ónix
Los antiguos romanos creían que llevar amuletos de ónix grabados con Marte, Dios de la guerra según la mitología romana, los llenaba de coraje en las batallas.
Las parteras inglesas del siglo XV ponían piedras de ónix entre los pechos de la mujer que estaba dando a luz, porque supuestamente les facilitaba las labores de parto. También se usaban para la protección contra espíritus malignos y contra cualquier maldición.
Algunas tribus de aborígenes norteamericanas empleaban figuras hechas de ónix porque les ayudaban a manejar los poderes de la naturaleza, y a subsanar cualquier problema cotidiano. Estas figuras como tal no tenían ningún tipo de poder innato, solo servían de medio para que los espíritus poseyeran a los propietarios.
Propiedades esotéricas
Los expertos esotéricos recomiendan la piedra ónix para la protección contra auras negativas, envidias, mal de ojo y celos. Esta piedra al ser porosa y absorbente, tiende a atraer energías negativas y desaparecerlas en su interior.
Según dicen, si se porta algún accesorio con una piedra ónix incrustada,éesta se encargará de limpiar el aura. En el caso de que algún mal intencionado intente arremeter contra nosotros, la piedra transformará esas intenciones en algo positivo.
Es recomendable tener algún objeto de decoración en el hogar hecho con ónix, ya que esta se encargará de purificar cada uno de los espacios. Al parecer, esta piedra también nos puede ayudar a alejar las pesadillas y nos otorgará un sueño plácido y tranquilo.
Si estamos en proceso de alguna terapia, es bueno llevar esta piedra, pues nos inducirá a un estado de calma y paz interior. También nos dará fortaleza para superar cualquier miedo, y nos inundará de buen humor y alegría.
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