Seguramente si alguien nos dijera que la halita es indispensable para la vida y que está presente en, prácticamente, toda la tierra, nos sorprenderíamos. Claro que si luego nos aclaran que se estaban refiriendo a lo que comúnmente conocemos como sal, la situación cambia. Pues sí, la halita no es otra cosa que cloruro de sodio (NaCl), es decir sal. La misma sal que encontramos en los grandes salares del mundo, en el agua de mar, en los lagos y lagunas salados que existen en distintas partes del planeta. La halita se nos presenta en grandes conformaciones rocosas, resultado de la evaporación gradual del agua salada.
Las características de la halita
Como ya lo hemos mencionado, la fórmula química de la halita es NaCl, donde una molécula de sal contiene un 39,34% de sodio (Na) y 60,66% de cloro (Cl). El cloruro de sodio se nos presenta, cuando cristaliza, en forma de cristales con estructura cúbica. Son transparentes y translúcidos. Es reconocido su característico sabor salado.
La halita posee una dureza de 2 a 2,5 en la escala de Mohs. Su densidad es de 2,168 gramos por centímetro cuadrado. El cloruro de sodio es de color blanco o incoloro, aunque en ocasiones puede presentar tonalidades verdosas, grises y azules, esto debido a la presencia de otros minerales en forma de impurezas.
Se presenta en masas granulosas de importancia, estas masas pueden tener inclusiones líquidas o gaseosas. Es fácil apreciar los cristales cúbicos de su conformación. La halita es fácilmente soluble en agua. La halita es un mineral higroscópico, es decir que tiene la capacidad de absorber la humedad del ambiente, hecho que podemos verificar perfectamente en nuestros hogares cuando la sal de nuestros saleros se humedece y se vuelve un gran problema salar nuestras comidas.
¿Dónde encontramos halita?
Existen grandes depósitos naturales de cloruro de sodio, conocidos como salares y que son el resultado de la evaporación, durante millones de años, de espejos de agua salada. El agua de mar es otro gran punto de concentración para la obtención de cloruro de sodio – en este caso hay que someter al agua a un proceso de evaporación – al igual que lagos y mares internos como el Mar Muerto con una concentración de sal del 17,5%, el Lago Salado de Utah con 17,7% y el Lago Elton en Rusia con 20,8%. Tengamos en cuenta, para tener un parámetro comparativo, que el agua de mar contiene una concentración de 2,8% de cloruro de sodio.
Para obtener halita del agua de mar, se realiza un proceso, por medio de energía solar, donde el agua va recorriendo varios piletones, en cada uno de ellos se produce la evaporación del agua (H2O), es decir que, en cada piletón, la concentración de cloruro de sodio es mayor. Esto se va repitiendo hasta que la salmuera – así se denomina al agua con sal – llega a un punto de saturación de cloruro de sodio, se lo conoce como “punto de saturación salina”. Por medio de mecanismos especiales, la sal se recoge de los piletones antes que ingrese una nueva cantidad de agua, y se coloca esta sal en unos camiones para que realicen su proceso de secado y luego se traslada la halita donde será procesada.
En los salares y minas de cloruro de sodio, la extracción es más sencilla y consiste en la obtención de grandes bloques de halita. Existen minas y salares en la mayor parte del mundo, por lo que la explotación comercial del cloruro de sodio está muy extendida, debido a los múltiples usos que tiene la sal. Los yacimientos más antiguos que se conocen, de cloruro de sodio, son los de Alemania y Austria.
Usos y aplicaciones
El cloruro de sodio o halita está presente en todos los procesos de la vida. Por eso su producción y uso está muy extendido. Mucho más allá del salero que vemos en nuestra mesa a la hora de comer.
Es utilizada en aquellas regiones muy frías, como anticongelante en las carreteras, como forma de evitar accidentes. En la industria química se la utiliza para la obtención de sus elementos constitutivos: cloro y sodio, y a través de sus derivados se elaboran ablandadores de agua.
A partir de la halita, se puede obtener soda cáustica, carbonato de sodio, cloro y ácido clorhídrico. Con estos componentes se fabrica el conocido policloruro de vinilo (PVC), hoy presente en la elaboración de caños, soportes y muchos otros accesorios.
En la industria textil, el cloruro de sodio está presente en la elaboración de tinturas para telas, secado y conservación de cueros en las curtiembres, blanqueadores de calzados. También es utilizada para la fabricación de plástico, jabón y vidrios, al igual que endurecedores de mimbre en la industria maderera.
La halita, sal o cloruro de sodio es el mineral no metal de mayor explotación, en la actualidad. Como hemos visto, cumple diversas funciones en muchos aspectos de la vida humana.
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