Se denomina grava a las rocas sedimentarias detríticas producto de la división natural o artificial de otras rocas y minerales. Los fragmentos de la grava miden entre 2 y 64 milímetros de diámetro y su composición química es variada. Está constituida principalmente por rocas ricas en cuarzo y cuarcita. También por clastos de caliza, basalto, granito y dolomita.
La grava, de aspecto áspero, color oscuro y característica dureza (6 en la escala de Mohs) se obtiene de formas diferentes. Puede ser producida por el hombre en canteras con la utilización de maquinarias pesadas e inclusive explosivos. Para la consecución de la piedra partida se requieren largas jornadas de trabajo en las formaciones geológicas. Además de la reforestación de las áreas aledañas a la mina.
La grava natural, también llamada canto rodado, se compone de rocas desgastadas por el consecutivo movimiento en corrientes de agua. Sufren procesos erosivos durante el transporte. Se consiguen generalmente en los bancos artificiales de sedimentación y en los lechos de los ríos. Tienen formas redondeadas y superficies lisas.
Otras piedras de tamaños y formas variadas -clasificadas como grava- pueden hallarse igual en la naturaleza a partir de diferentes procesos.
Usos de la grava
El material granulado es utilizado como árido natural, materia prima en el campo de la construcción. La grava procedente del machaqueo (de formas angulosas) y de la erosión hídrica (redondeada) se caracteriza por la estabilidad química y resistencia mecánica. Se emplea principalmente como agregado grueso del hormigón o concreto.
La grava sirve de relleno a la masa de cemento y agua, la hace consistente y resistente a factores mecánicos de desgaste. Por su naturaleza favorece la cohesión y maleabilidad del concreto fresco. Reduce los cambios de volumen propios del fraguado, humedecimiento o calentamiento de la mezcla. Incide en el tiempo y calidad del secado.
Tanto en hormigones como en las capas inferiores de pavimentación, otro de sus usos, la grava agrega resistencia a la compresión. Mezclada con arcillas feldespáticas es una buena base para caminos y carreteras, soporta grandes cargas. También es utilizada como suelo permeable en lugares donde no puede eliminarse el paso de agua, concede estabilidad al terreno.
Diferenciación
Para ser usada en la fabricación de hormigones, rellenos, lastre de vías férreas, suelos y subsuelos, la grava debe ser sometida a ciertos procesos. El material pétreo pasa por la limpieza, triturado y clasificación, todos procesos mecánicos. El lavado la liberará del polvo, partículas planas, material ligero, grumos de arcilla y otras sustancias dañinas.
El triturado permitirá obtener la granulometría deseada. La clasificación dictará su uso. Del tamaño del agregado depende la parte de la obra en la que será utilizado. Las rocas de 2’’ sirven entonces para estructuras de concreto de más de un metro de ancho, tal es el caso de muros, columnas y losas o cimentaciones. Rocas más pequeñas se usan en estructuras similares pero de menor espesor.
La cantidad de grava o agregado grueso en la preparación de estructuras de hormigón depende de la solidez necesaria. El relleno o estructura constituido por la grava economiza la cantidad de mezcla (cemento, agua y otros áridos) por metro cúbico. Ocupa al menos el 70% del volumen del concreto, es un material más económico y resistente.
Sin embargo no debe excederse la cantidad de grava en el concreto, se obtendría una masa pedregosa, difícil de trabajar y se correría el riesgo de segregación.
Grava triturada o Grava redondeada
La grava triturada garantiza una mayor resistencia del hormigón, gracias a la conexión de las partículas angulosas. El agregado anguloso es el utilizado por excelencia en el campo de la construcción, aunque requiere más agua y esfuerzo para el amasado. Esto por su textura superficial rugosa. La adherencia responde a la forma y textura del agregado grueso, también a la reacción entre éste y la mezcla de cemento.
Triturada o redondeada, se hace especial hincapié en la limpieza de la grava. Esquistos, materiales porosos, arcillas y otras impurezas arruinan el concreto, lo hacen susceptible a la intemperie, causan erupciones y otros defectos.
La grava suma interesantes propiedades al hormigón relacionadas con la densidad, porosidad, humedad y peso unitario. Proporciona resistencia, flexión, tenacidad, dureza y cierto grado de elasticidad. La grava debe ser acorde al tipo de concreto, para disminuir al máximo las deformaciones. El agregado grueso mantiene además un calor específico, conductividad térmica y un adecuado coeficiente de expansión.