Los cantos rodados son rocas o trozos de rocas sueltos, más o menos redondeados, de tonalidades y superficies suaves. Son el producto de procesos geológicos externos, en este caso erosión y transporte de rocas ígneas.
El canto rodado es común en los ríos y sus márgenes. La erosión y transporte fluvial elimina sus aristas, al tiempo que la roca se va desgastando lentamente por corrosión o fuerza de las corrientes de agua. Su superficie se hace lisa.
Formación
La geomorfología explica de varias maneras la formación del canto rodado. Según la versión de Sternberg (1875), el tamaño de la roca disminuye cuando al recorrer determinada distancia, aguas abajo en el río, se golpea una y otra vez con el fondo.
La Ley de Sternberg cuenta con una fórmula que calcula la distancia entre la fuente de la roca y el punto de muestreo. Mide además cuánto decrece el ejemplar en dicha distancia, según la dureza y densidad de los fragmentos, resistencia a la abrasión y velocidad del desplazamiento. También inciden el tamaño de las partículas asociadas y la naturaleza del medio por el que son transportadas.
Pettijohn cien años después de Sternberg, en 1975, justificó la atrición (desgaste gradual) como un reflejo del decrecimiento del gradiente de la corriente. Sin embargo el proceso de formación de los cantos rodados continúa en estudio.
Este tipo de roca también se presenta por corrimientos de tierra y otros medios de transporte naturales. Al canto rodado de tamaño reducido se le conoce como guijarro. Ocupa el quinto escalafón de la clasificación granulométrica, llegando a medir entre 64 y 256 mm. Es más grande que las gravas (2-64 mm) y más pequeño que los bloques (>256 mm).
Yacimientos
Se hallan en ríos y lechos, junto a arcillas, limos y arenas, en la superficie de la corteza terrestre. También se han observados cantos rodados en el planeta Marte. Son rocas comunes, moldeadas por física natural. No se reseñan yacimientos específicos de canto rodado, más sí son conocidos algunos yacimientos de canto rodado con signos de uso. Éstos últimos de interés arqueológico, como los yacimientos de La Araña, en Málaga.
En el Complejo del Humo, de La Araña, proveniente del Neolítico Medio, reposan cantos rodados que fueron utilizados para percutir o tallar herramientas. También algunos usados como yunque, soporte para cortar pieles, moler y triturar óxidos que servían de colorantes para los grabados pictóricos.
Historia
La historia del canto rodado no se remite solo al Neolítico Medio. En la antigüedad los guijarros, cantos rodados más pequeños, fueron empleados para realizar formas geométricas y acabados artísticos en los solados o revestimientos de pisos. La llamada técnica del cosmatesco puede observarse aún en algunas iglesias de España. Los musulmanes de Granada hacían combinaciones de guijarros claros y oscuros para sus empedrados.
Las rocas más pequeñas eran usadas también por los niños en sus juegos, las lanzaban al agua para observar el efecto de rebote y avance. Lo llamaban el juego de la rana o el sapito. El canto rodado salta una, dos o más veces sobre la superficie líquida y solo después se hunde, lentamente. Éste efecto de la tensión superficial fue además aprovechado por los adultos durante la Segunda Guerra Mundial, para bombardear a los enemigos en ríos y otros afluentes.
En la Antigua Roma, estas singulares rocas redondeadas eran usadas como arma o munición para ser lanzadas con ayuda de hondas desde grandes distancias. Mientras que en el Imperio Inca fue materia prima para la construcción de templos, santuarios, puentes y vías.
Usos del canto rodado
El canto rodado, carbonato cálcico-magnésico, tiene múltiples usos. El más conocido está dado en la jardinería, donde su natural redondez decora y protege la capa vegetal, manteniendo la humedad y temperatura adecuada.
Se emplea con frecuencia en construcción. Es un material resistente, requiere de poco mantenimiento y muestra excelentes propiedades térmicas y acústicas. Se adhiere con facilidad al cemento, por lo que es útil en hormigones, balastros, bases de carreteras o estructuras de apilamiento. Éstas requieren de mayor mano de obra, energía y tiempo para la construcción que con el uso de materiales tradicionales.
También sirve a la arquitectura, en el diseño de interiores y exteriores. Además es considerado un elemento favorable en toda edificación, especialmente aquellas que prestan un servicio de salud y bienestar. Se cree que caminar con los pies descalzos sobre canto rodado mejora la circulación sanguínea.
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