Pocos materiales en el mercado ofrecen tantos beneficios en su utilización como el carburo de silicio. Esta cerámica térmica es resistente y fuerte ante el choque de calor, y provee de gran conductividad térmica, ideal para la fabricación de revestimientos y aditamentos para hornos.
Características del carburo de silicio
Del carburo de silicio se destaca su capacidad para tolerar el desgaste y la corrosión. Este material recibe otros nombres como “carborundo” o “carborundio” y cabe en la clasificación de aleación sólida.
Aunque es más frecuente ver carburo de silicio de un color negro, la verdad es que tiene una tonalidad un tanto parecida a la de la arena, es decir, que va de amarillo a transparente. Además, se puede hallar en verde. Tiene diversos usos, pues se halla incorporado en la confección de lápices, papel de lijar, cerámicas y como abrasivo para cortar o pulir.
Combinación
El carburo de silicio proviene de una combinación de coque de petróleo, y cuarzo altamente puro o arena, que son fundidos a altas temperaturas en un horno electrónico. Por lo general, permanecen a una temperatura de 2000ºC, durante 36 horas, y puede observarse su cristalización a partir de los 1400 ºC o 1800 ºC.
Cómo se obtiene
El reconocido método Acheson es el que se practica actualmente para la preparación de carburo de silicio. Cada material para este proceso atraviesa una exhaustiva selección, que incluye moler, lavar, secar y separar magnéticamente las trazas inadecuadas.
Posteriormente, es necesario extraer el polvo, realizar el cribado, mezclar y empaquetar. Habitualmente este carbono de silicio se produce en distintos tipos de grano, con grosores y aditivos diferentes.
Descubrimiento
El carburo de silicio vio la luz en el año 1893 de la mano del francés Henri Moissani. Sin embargo, no se trató de un experimento planificado, pues éste se encontraba estudiando rocas de un cráter, ocasionado por la colisión de un meteorito en el Cañón del Diablo en Arizona, Estados Unidos.
En forma casi simultánea, un estadounidense estructuró un mecanismo para manufacturar un material tan duro como el diamante, a base de arcilla y coque. La intención era clara, debía ser altamente abrasivo y eficiente para cortar. El responsable de la creación fue Edward G. Achenson, quien le dio el nombre al procedimiento que se usa hoy en día.
Una vez logrado su cometido, fundó en 1894 la empresa carborundum, pionera en comercialización de carbono de silicio.
Presentación del carburo de silicio
El carburo de silicio suele lucir como un lingote de forma cilíndrica, consistente en torno a un centro de grafito y diversas capas que comparten el mismo núcleo, reduciendo su contenido conforme se alejan de él. Según los ingredientes que se utilicen para su composición, se sabe que pueden ser negros, verdes o amarillentos.
Riesgo de manipulación
Las leyes actuales indican que es necesario que los empleadores informen a sus trabajadores que manipularán este tipo de material durante su jornada. Asimismo, la empresa deberá instruir al personal sobre la manipulación adecuada del carburo de silicio.
La rotulación de cada envase procurará una rápida identificación del contenido. De igual forma, es prudente que los empleados reciban una evaluación médica completa, periódicamente, para descartar riesgos potenciales de salud. Estas pruebas pueden incluir recolección de muestras de aire de forma individual o en los alrededores de la instalación.
Inhalar carburo de silicio puede provocar irritación excesiva en los ojos y la nariz. Sin mencionar que mantener una cercanía constante a la mezcla puede hacer al individuo susceptible de contraer una enfermedad pulmonar crónica, cambios en el tórax, sensación de ahogo y respiración silbante o con excesiva tos.
Asimismo, se ha dicho que la exposición exagerada a carburo de silicio puede producir la aparición de enfermedades graves como cáncer, infertilidad o aumenta las probabilidades de contraer tuberculosis. Los efectos de este material pueden durar de seis meses a un año en el organismo.
Protección oportuna
Es importante tomar el control en cuanto al resguardo de la salud cuando se expone a carburo de silicio:
- Operar en una zona ventilada es vital para reducir la exposición química. Si la localización no posee estas características, el uso de respiradores es esencial.
- El trabajador deberá tomar una ducha inmediatamente después de haber manipulado carburo de silicio. Hay que ser preciso en este sentido, pues la salud podría estar en juego.
- Usar ropa protectora, que evite completamente el contacto con su piel del carburo de silicio. Esto incluye: guantes, zapatos, protección para la cabeza. Esta debe estar limpia diariamente y estar disponible para su utilización.
- Se recomienda la utilización de lentes contra impactos, que posean cubiertas laterales para evitar que cualquier pieza de carburo de silicio entre en contacto con los ojos.
- Si usted está empleando un respirador, pero puede oler, sentir o saborear el carburo de silicio, debe abandonar las instalaciones de forma inmediata y contactar al servicio médico a la brevedad posible. De igual forma debe manifestar rápidamente si tiene dificultad para respirar. Es posible que su respirador esté presentando una falla que no haya percibido.
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