El ámbar es una piedra semipreciosa que, a diferencia de otras, su origen no es mineral, sino que se trata de una resina vegetal fosilizada. Su color amarillo o naranja traslúcido es muy apreciado desde hace miles de años, habiéndose encontrado discos de ámbar, trabajados por el hombre que datan de 2500 a. C. Su nombre proviene de un vocablo árabe que significa “lo que flota en el mar”, haciendo referencia a una cualidad física de este material. En su proceso de fosilización, puede albergar inclusiones de diversos tipos que, no sólo le aportan belleza, también cumplen un importante rol en la ciencia para el estudio del pasado.
¿Cómo se origina el ámbar?
Numerosas plantas como las coníferas y algunas angiospermas, exudan una resina densa y pegajosa como forma de proteger las heridas de la planta y evitar infecciones. Cuando la resina de una conífera toma contacto con el exterior, comienza un proceso de endurecimiento debido a la pérdida de algunos de sus componentes más volátiles, como el alcohol y las materias grasas. En esta fase, al ámbar se lo denomina Copal.
Posteriormente, la resina endurecida comienza a sufrir el proceso de fosilización como consecuencia de su enterramiento por parte de los sedimentos de la tierra. De esta manera, pierde totalmente los restos de componentes volátiles y se transforma en la piedra que conocemos. Estos son procesos que han demandado millones de años. Se calcula que el proceso de constitución del ámbar lleva unos 17 millones de años.
Las características físicas del ámbar – color, textura, transparencia y dureza – varían de acuerdo al tipo de resina a partir del cual se originó y de los materiales sedimentarios que intervinieron en su proceso de fosilización.
Características del ámbar
Los colores más habituales del ámbar son el amarillo, amarrillo claro, anaranjado y pardo. Pero pueden presentarse piedras de color rojizo, azulado – muy escaso y muy apreciado – y hasta verdoso y negro. El ámbar puede ser transparente o nuboso, y tanto su color como su transparencia dependerán de las plantas que secretaron la resina con la que se formó la pieza, los tipos de minerales que están presentes en su proceso de fosilización y la forma en que se alteraron las sustancias orgánicas por oxidación. En los grados de transparencia intervienen también, la cantidad de burbujas microscópicas que lleve en su interior.
Presenta una dureza, según la Escala de Mohs, de 2 a 2,5 por lo que se lo considera de dureza baja. También es bajo su peso específico, debido a ello puede vérselo flotar en agua salada. No es soluble en agua ni en disolventes orgánicos. Es un mal conductor térmico y su punto de fusión se ubica entre los 250 y 300 °C. Al ser sometido a una fuente de calor, el ámbar se descompone en un humo de color blanco y un fuerte aroma a resina de pino.
Principales yacimientos
Uno de los yacimientos más importantes y tal vez, el más antiguo conocido, ya que de él se proveían para la comercialización, es el que se ubica en toda la zona del Báltico, en las costas de Suecia, Dinamarca, norte de Alemania, Polonia y Rusia. De estas zonas se extrae el Ámbar del Báltico, también conocido como Succino. Este tipo de ámbar fue producido por coníferas, hace 60 millones de años. Su color es miel y a veces pardo. Posiblemente una de las causas que éste sea un ámbar muy difundido es que podía ser recogido con facilidad, flotando en el mar o en las profundidades del Báltico.
En la República Dominicana, en América Central, se obtiene una variedad que es producto de leguminosas del tipo del algarrobo y su antigüedad data de hace 20 millones de años. Dentro de las piedras que pueden ser obtenidas en la República Dominicana se encuentran algunas de color azul, marrón y amarillo. Son muy fluorescentes a la Luz Ultravioleta.
En Myanmar, antiguamente conocida como Birmania, es posible obtener un ámbar que se caracteriza por sus colores fuertes, sobre todo el marrón. Su antigüedad data de hace 60 millones de años y en la mayoría de los casos posee inclusiones de calcita en su interior, que le dan a la piedra una apariencia moteada.
Las inclusiones en el ámbar
Durante el proceso de escurrimiento de la resina desde la corteza de los árboles o sus ramas, puede dejar atrapados en su interior gotas de agua, insectos pequeños como hormigas, mosquitos, gusanos y otros seres vivos: plantas, hongos, musgos. Esto le confiere una belleza particular. Las piedras de ámbar con inclusiones son muy apreciadas. Pero las inclusiones no sólo otorgan un valor estético, se han convertido en una valiosa fuente de información para los estudios científicos ya que las inclusiones fosilizadas conservan su forma y hasta restos de ADN que han permitido obtener datos muy precisos sobre nuestro pasado.
Como dato anecdótico, recordemos que la trama argumental de la película de Steven Spielberg, Jurassic Park, parte de la obtención de ADN de dinosaurios a partir de restos de sangre de mosquitos atrapados en piedras de ámbar.
El ámbar es una piedra semipreciosa que durante siglos y en la actualidad, se comercializa con fines ornamentales.